Nunca la oí decir que estaba enamorada, pero una vez Martina me dijo que estaba fascinada por un tipo. Creo que encontraba manida, ambigua y escurridiza la palabra enamorada y por eso buscó un término con más sentido. Me dijo que le fascinaba y yo le pregunté qué iba a hacer con su fascinación y ella me contestó “Voy a tomar medidas preventivas”. Y me pareció una opción cobarde y lúcida a la vez, porque si Martina temía al fuego, lo mejor era no andar tirando colillas en el bosque, aunque puede que siempre se pregunte cuánto hubiera ardido ese incendio y hacia qué dirección.