... No estaba haciendo nada porque aún no había decidido qué iba a hacer y no quería empezar a hacer algo y darse cuenta de que aquello no le convenía o no le gustaba o ni le gustaba ni le convenía. Prefería no encender el motor, que tener que pararlo bruscamente. Iba a dedicar el tiempo que fuera a tomar una decisión para luego asumirla con todas sus consecuencias. Ella era tirana sólo con ella misma. Lo hacía por su bien. Se ponía normas por su bien y por su bien se obligaba a cumplirlas. A veces no era fácil, al no tener a nadie a quien replicar ni a nadie que le impidiera físicamente que no hiciera lo que no tenía que hacer, pues ella misma era las dos. Pero era estricta, se vigilaba a sí misma y acataba su ley...