Hoy he salido a la calle y todo se movía a cámara lenta. O yo iba acelerada. No lo tengo claro. No es fácil caminar a la misma velocidad en la que caminan los demás. ¡Ya cantaban sobre ello Piratas!.
No sé por qué urdo planes rocambolescos y execrables para lograr entelequias, en lugar de aprender a caminar despacio. Puede que entonces fuera consciente de los días felices.