Esta es la historia de Dina Diez. Escribía y escribía páginas llenas de nada.
Fue entonces cuando pasó lo que tenía que pasar, no sin antes haber pasado lo que había que tener en cuenta que tenía que haber pasado para que pasara, posteriormente, lo que tenía que pasar.
No es que no hiciera nada, hacía algo al escribir nada. Y a la gente le hacía gracia. Publicaba libros. En Sant Jordi firmaba ejemplares a largas colas de seguidores. Tenía 223.487 followers en twitter y 832.355 fans en facebook. Por eso, Dina Diez, era feliz. Porque, ¿no es acaso esto la felicidad?
Fue entonces cuando pasó lo que tenía que pasar, no sin antes haber pasado lo que había que tener en cuenta que tenía que haber pasado para que pasara, posteriormente, lo que tenía que pasar.
No es que no hiciera nada, hacía algo al escribir nada. Y a la gente le hacía gracia. Publicaba libros. En Sant Jordi firmaba ejemplares a largas colas de seguidores. Tenía 223.487 followers en twitter y 832.355 fans en facebook. Por eso, Dina Diez, era feliz. Porque, ¿no es acaso esto la felicidad?