22 de abril de 2013

Ya no te escribo


Ya no te escribo porque es como tumbarte en una autopista a esperar que te pasen por encima 14 autobuses escolares o como tirar una piedra al mar y esperar que el mar te la devuelva envuelta en algas.

Ya no te escribo y si te escribiera te hablaría de algunos poemas de Roger Wolfe, de los pocos autores vivos que he leído, que tradujo a Buk y algo se le pegó; te hablaría de uno en concreto de C. Iribarren, también vivo; y de la película American Splendor con y sobre Harvey Pekar, autor del texto de aquel libro sobre los beats que tan acertadamente me regalaste.

Ya no te escribo. Ya te he escrito.