De pequeña
inventé algunas palabras para referirme a cosas para las que no
conocía ningún término existente. Llamé GUX al hilo que une una
vida con otra. Las personas estarían así unidas a otras personas a
través de hilos elásticos e invisibles, por los que circularían,
como la electricidad a través del cableado, los instantes vividos,
sus recuerdos, los sueños, los pensamientos, los deseos de unos con
otros.
Es curioso
como hay personas que se van encontrando en diferentes puntos de la
historia y, a veces, aunque entre punto y punto han recorrido
caminos diferentes, al toparse comprenden que son muy
parecidas. Pasa también que hay personas que dejan de verse pero
siguen manteniendo esa conexión activa, y es que cuando el GUX va
bien cargado, es difícil de romper, pueden seguir comunicándose
rozando el concepto de telepatía, sintiéndose realmente cerca y prediciendo los pasos del otro. Sucede a veces
que dos vidas se alejan tanto tanto en todos los planos que el GUX se
congela y acaba por quebrarse como si nunca hubieran sido líneas
secantes y nada hubieran supuesto el uno para el otro. Hay de quienes salen escasos GUX y de quienes salen millones.
De pequeña inventé algunas palabras para referirme a cosas para las que no conocía ningún término existente. De mayor sigo usándolas.