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19 de noviembre de 2009

Sabía a chicles


Sabía a chicles. Y a golosinas con forma de fresas, de ladrillos, de ositos, de labios, de nubes…
Sabía a chicles y a alcohol y a tabaco y a rubias y a morenas y a pelirrojas y a libertad y a casitas de colores con tobogán en las que nunca estuvimos.
No puedo recordar nada más que su sabor y su barbilla. Hay barbillas que no se olvidan. Aunque se olvide todo lo demás. Como una fotografía que encuentras de algún acantilado y no puedes recordar cuándo la hiciste ni por qué estabas ahí. Como un sabor que reconoces pero no sabes cuándo lo probaste por primera vez. Como una pieza que encuentras entre los cojines del sofá de un puzzle que alguien nunca pudo acabar.
Hay barbillas que no se olvidan. Pero son sólo eso, barbillas.

Sabía a chicles. Pero no era dulce.


Imagen de Hannah
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21 de septiembre de 2009

20 de septiembre de 2009

¿He oído "coches"?

No voy a hablar de cómo me remueves las entrañas con apenas nada.
No voy a admitir aquella vez que me sorprendí dando saltos sobre la cama.

No importa que no tengamos canción. Sabemos cual sería.
¿Qué te juegas?

4 de septiembre de 2009

Miau


No he olvidado cómo me quitabas los calcetines...
ni cómo maullaban los gatos.

10 de julio de 2009

A nuestra manera (Amarillo chillón)


Me bastó con una mirada. Te bastó con una mirada ¿No crees que somos románticos a nuestra manera? Sin la torpeza de la palabra, sin la angustia del verbo. Sin tú saberlo contestaste a una pregunta que hace meses quise hacerte. Sin yo esperarlo la respuesta me dejaba en la mejor de las posiciones.

Nos bastó con una mirada. Me bastó. Y aun así quise otra más y luego otra. Y luego tu boca. Y tu sexo. Y arañarte. Y lamerte. Y morderte. Y olerte. Y mirarte. Y mirar cómo me miras. Y estirarte. Y doblarte. Y doblarme yo contigo. Somos romanticos a nuestra manera. No, me preguntes qué pregunta contestaste. Deja que el destino haga sus deberes. Déjame creer que estás ocupado. Déjame creer que no me lees.

imagen de Ligeia

12 de junio de 2009

ESTRELLAS SUPERNOVAS Y FUGACES


Me muero de ganas de ti. Los demás son carne, tú eres otra cosa.
Siempre embriagaste mi copa para embriagarme a mí contigo. Pero no era necesario porque ya estaba embriagada de tu olor.
Siempre me dije que era un traje que te quedaba pequeño. Pero, ¿sabes qué?, no soy ningún traje.
Me muero porque me mates como tú sabes. Los demás sólo me tocan, tú me haces tocar las estrellas, supernovas y fugaces.

Los demás son sólo hombres, tú eres otra cosa.

2 de junio de 2009

Sin perversiones

"Lo mejor de todo lo que hicimos (o no hicimos) fue que nunca pervertimos el sexo con ninguna forma de amor."

11 de abril de 2009

Cuando den las 8

No estamos más lejos que antes. Antes, cuando pisábamos la misma ciudad. La distancia que nos separa no va de kilómetros.

Tengo un reloj que siempre marca las 7 y 27. (Ya terminé)

De quien más da, más esperas. Incluso exiges. De quien no da, nada esperas. Nada exiges. Tú no dabas. Pero ahora hay quien me da. Y es injusto que nunca tenga suficiente con lo que me da, y que a ti, que nada dabas, nada te pidiera.

No estamos más lejos que antes. Antes, cuando nos veíamos. Esta distancia que nos separa no va de vernos.

Tengo un post-it cara a la pared. Te tengo cara a la pared.

Quien no da hoy, no da mañana. Pero quien da hoy, puede que deje de dar cuando den las 8.

4 de marzo de 2009

Odio y Dorothy

Odio que hayas conseguido que te odie. Odio odiarte. Odio no haberte odiado antes. Odio odiarte no del todo. Puestos a odiar, prefiero odiar de veras, que estar odiando sin odiar del todo. Me odio por odiarte, pero no olvido quién me hizo perder las ganas.

Perdí las ganas por el camino. Y me perdí. Y ya no encuentro el camino ese que seguía Dorothy en el Mago de Oz. Ya ni lo busco. Me pregunto si tu papel es de espantapájaros, león u hombre de hojalata. No sé si tu carencia es de cerebro, coraje o corazón. No lo tengo claro.

Dorothy cantaba aquello de Somewhere over the rainbow... y acaba preguntándose:

If happy little bluebirds fly
Beyond the rainbow
Why, oh why can´t I?

También yo me lo pregunto. Y odio preguntármelo.

31 de enero de 2009

A cielo descubierto

La felicidad siempre ha sido algo escurridizo para mí. Primero pensaba que era algo que algún día llegaría, luego que era algo que iba pasando, a lo mejor no cada día, pero sí a menudo, en cualquier lugar, sola o acompañada, vestida de fiesta o de domingo, esperándola llegar o por sorpresa.

La felicidad es también dolor a veces... Al menos a mí me ha pasado: estar feliz y triste a la vez, y tener un microsegundo para dar la orden al cerebro, la orden clave: ¿te quedas con la cara o con la cruz? Siempre suele ser mejor idea quedarse con la cara, aunque sea una cara que se parece mucho a una cruz.

Irónicamente a veces se toca techo a cielo descubierto.

16 de enero de 2009

La importancia del detalle

SIN DETALLES
Dijiste que vendrías. Te esperé. Llegaste tarde, pero llegaste con aquella camiseta negra y aquella sonrisa y olvidé que llegabas tarde. Y cuando rozamos las manos sin querer, supe que se había escapado algo y había llegado otra cosa. Y no me asusté.

CON DETALLES
Dijiste que vendrías, pero a mí me costó creerlo, como siempre me cuesta creer las cosas que quiero que pasen y parece que van a pasar, e incrédula creo a medias. Te esperé, creo que bebí más de dos copas: en la primera te odiaba porque no ibas a venir.; en la segunda te deseaba tanto "que no me importa tener que esperar toda la vida, pero eso sólo lo sabemos tú y yo", le confesaba a mi reflejo que me miraba con compasión. Llegaste tarde, pero llegaste con aquella camiseta negra (que llevabas también aquella noche en que creí entender que decías algo que no decías y que prefería no hablar para que no notaras lo insignificante que me sentía a tu lado) y aquella sonrisa que me empuja a la insensatez, y olvidé que llegabas tarde, que llegabas tarde aquí y que siempre llegarías tarde. El problema de no coger un tren a tiempo es que puede que para cuando salga el siguiente hayas cambiado de opinión y no lo quieras coger. Y cuando rozamos las manos sin querer en un gesto cortés por tu parte para ayudarme a recoger los cristales del vaso que torpemente se me escurrió, supe que se había escapado algo, que una parte de nosotros había llenado una maleta de palabras vanas, de marañas de recuerdos, de majaderías varias y había huido a un lugar conjugado en pretérito imperfecto, y había llegado otra cosa. Otra cosa sin documentos de identidad, sin educar, intacta. Y no me asusté.

11 de enero de 2009

Tan dormidos

He soñado que te hablaba en inglés, pero no entendí qué te decía porque nadie se encargó de subtitularme. Estábamos tan dormidos que lo más probable es que no lo recordemos o no lo queramos recordar.

He soñado que te hablaba en inglés pero tú me pedías que me centrara en el francés y yo me hacía la sueca.

13 de octubre de 2008

FALSAS MENTIRAS

Quiero que me digas que me odias y me estés mintiendo.
Que me digas que no volverás a buscarme ni una noche más y me estés mintiendo.
Quiero mentirte yo al decirte que te extraño,
pero me estaría mintiendo si creyera que puedo decirlo mintiendo.
Porque hay mentiras que aunque anhelas que lo sean, no lo son.
Porque hay mentiras de mentira, que son mentiras de verdad.
Porque hay verdades que se tapan la boca y hay bocas que no quieren decir la verdad.
Y si tú te tapas los oídos y yo la boca, nada va a cambiar.
Seguiremos perdidos en las entrañas de esta mentira, que los dos sabemos que es de verdad.
Hasta que alguien nos rescate, a cada uno por su lado, de esta doble soledad,
con verdades sin disfraz, desnudas, chillonas. Verdades de verdad.

3 de octubre de 2008

8 de septiembre de 2008

DEMONIZACIÓN ENDEMONIADA

- Lo más útil que aprendí del estudio de los conflictos bélicos es la eficacia demostrada de demonizar al enemigo... Que no te extrañe ahora verme aplicarlo a las vicisitudes de la vida cotidiana.
- Pero, ¿tienes enemigos?
- Mmm... Tengo no-amigos...

31 de agosto de 2008

Taquicárdica

Se encontraron en una fiesta. Él se acercó.

- ¿Hay alguna posibilidad de que te vayas conmigo esta noche?

Ella, callada, cogió su mano y la llevó hasta su pecho izquierdo, oyendo él así los gritos acelerados de sus latidos. Entonces lo miró y negó con la cabeza.

Ella se fue. Él no la siguió.