Cuando me encuentro con
alguien que nunca se ha mojado bajo la lluvia
que nunca ha perdido porque
nunca ha arriesgado
que nunca ha llorado viendo
acabar una buena serie
que nunca ha corrido lo más
rápido que puede correr
que nunca ha despertado con
una mesa de terraza de bar en su casa
o con loquesea que no
recuerda cómo ha llegado ahí
que nunca ha cantado a pleno
pulmón por la calle
que nunca ha estado a punto
de mandarlo todo al garete por una corazonada
que nunca ha roto un plato
que nunca ha llegado a fin
de mes con sólo unas monedas en la cartera
que nunca ha ido a trabajar
con el pijama debajo
que nunca ha perdido un tren
adrede
que nunca ha acercado un
dedo al fuego para saber qué se siente
que nunca ha sentido
verdadera pasión por nada
ni verdadera curiosidad por
nada
que nunca ha sentido que
alguien sienta por él verdadera pasión
ni verdadera curiosidad
me apiado de su vida, porque
no es vida.