Se puso una capa, un antifaz y un nombre para convertirse en aquella que quería ser. Más valiente, más fuerte, más libre. Con el tiempo no necesitó la seguridad que le daba el disfraz, se había fundido con su alter ego.
Hace 8 años, el 1 de abril de 2008, inventé a Fosca Dràstica, me inventé. En mi trayectoria desde entonces he aprendido un par de cosas que considero universales.
- No rechazar el cambio, no aferrarse al "yo soy así". Cambiar es una opción maravillosa que no hay que ignorar.
- Valorar el silencio como expresión y como herramienta poderosa. Poderosísima. Pero cuidado, hay que aprender a gestionarlo, es altamente adictivo.
Nunca lo ambicioné pero la sensación que me ha producido que algo mío mute a algo mejor, que una cosa que yo he creado sufra un proceso de embellecimiento y distribución como ha sucedido con mis Él&Ella, ha sido una gran experiencia.
Ahora mi único plan es seguir siendo lo feliz que soy, en mis cambios y en mis silencios.