Odio que hayas conseguido que te odie. Odio odiarte. Odio no haberte odiado antes. Odio odiarte no del todo. Puestos a odiar, prefiero odiar de veras, que estar odiando sin odiar del todo. Me odio por odiarte, pero no olvido quién me hizo perder las ganas.
Perdí las ganas por el camino. Y me perdí. Y ya no encuentro el camino ese que seguía Dorothy en el Mago de Oz. Ya ni lo busco. Me pregunto si tu papel es de espantapájaros, león u hombre de hojalata. No sé si tu carencia es de cerebro, coraje o corazón. No lo tengo claro.
Dorothy cantaba aquello de Somewhere over the rainbow... y acaba preguntándose:
If happy little bluebirds fly
Beyond the rainbow
Why, oh why can´t I?
También yo me lo pregunto. Y odio preguntármelo.