<< ¿Significa
algo? >>, dijiste.
<< Absolutamente
nada >>, dije.
Dije
'absolutamente nada' aunque por dentro chillaba 'absolutamente sí,
absolutamente algo' o al menos un comedido 'absolutamente-ojalá-que-sí'. No lo dije porque intuía que aquello de las señales te
parecería una mierda de retrasados. Aunque, ¡menuda estupidez! Por
qué habrías preguntado entonces si significaba algo.
Podría
haberte dicho 'absolutamente sí' pero aquello habría sido todo un
espectáculo porque no estábamos solos y decir 'absolutamente sí'
habría supuesto tu posterior '¿y qué significa exactamente?' y yo habría
dicho lo primero que se me pasara por la cabeza. Algo como 'el tiempo
lo dirá' o 'significa lo que queramos que signifique' y luego me
habría dado rabia haber dicho esas frases tan manidas y se me habría ocurrido
una respuesta brillante horas después cruzando algún
semáforo del centro.
Dije 'absolutamente nada' y creo que sobre todo lo dije
tratando de restarle importancia, de convencerme a mí misma de que
no significaba nada. Pero, tal vez, algún día te confiese que fue
entonces cuando empecé a escribir nuestra historia.